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Berna

Berna es la capital administrativa de Suiza. Su casco histórico es muy bonito, está rodeado por el río Aare. Su nombre deriva de la palabra oso, animal que es el símbolo de la ciudad, incluso hay un parque con varios ejemplares. Se fundó en el siglo XII.

Son características de esta ciudad sus arcadas que permiten dar un buen paseo (6 km) a cubierto de las inclemencias del tiempo así como sus fuentes repartidas por todo el casco antiguo, con pintorescas figuras adornándolas. También es recomendable acercarse al recinto donde están los osos, y casi al lado el «Jardín de las rosas» desde donde hay una bonita perspectiva de la ciudad.

Es una ciudad Patrimonio de la Hummanidad pero relativamente pequeña que se visita en poco tiempo. Realmente con recorrer su dos calles, ya habríamos hecho lo principal.

Plano de Berna

Plano de Berna

Como en todas las ciudades suizas hay una gran presencia de tranvías y carriles bici, lo que hace que conducir se haga un poco extraño por el lío de colores de las líneas pintadas y carriles que hay, pero nada importante.

Nosotros dejamos el coche en un parking que hay justo detrás del Ayuntamiento (num.33 en el plano); estupendamente ubicado, en pleno centro del casco histórico.

Al salir lo primero que vemos es precisamente el Ayuntamiento, edificio de estilo gótico construido en el siglo XV, la iglesia de San Pedro y San Pablo (siglo XIX) así como una de las 12 fuentes medievales características de la ciudad y en general de esta parte de Suiza. Todas cuentan con una amplia pileta, varios caños y una figura decorativa policromada en lo alto; y el agua es potable!.

Berna

Berna

Esta fuente es el Vennerbrunnen, del siglo XVI, en la que aparece un Venner (cargo militar y político) enarbolando una bandera..

Desde aqui, en 1 minuto llegamos a la calle principal, que realmente es una, de 6 kilómetros de largo, pero que según los tramos va cambiando el nombre.

Berna

Berna.

Una cosa que me llamó mucho la atención es que incluso en un sábado por la tarde, todo el comercio cerró a las 18 h, y aun siendo de día (abril) las calles quedaron semidesiertas, en una capital europea!, algo impensable en una ciudad mediterránea.

Llaman la atención también una especie de sótanos que tienen las casas con acceso directo desde la calle.

Desde este punto, unión entre Kramgasse y Gerechtigkeitsgasse se puede optar por bajar hacia el parque de los osos por Gerechtigkeitsgasse , o bien subir por Kramgasse hacia la Torre del Reloj.

Nosotros nos dirigimos primero por Kramgasse hacia el centro, dirección Torre del Reloj. La calle, muy larga, recuerda en cuanto a formato a Innsbruck, está flanqueada por unas galerías en las que se sitúan los comercios y locales de hostelería. En la mitad de la calle que es practicamente peatonal, tan solo ocupada por tranvías y autobuses, vamos viendo las diferentes fuentes de la ciudad.

Una de las más conocidas es la Simsonbrunnen, fuente de Sansón, también del siglo XVI, en la que se representa al forzudo luchando con un léon.

Berna. Fuente de Sansón. Simsonbrunnen

Berna. Fuente de Sansón. Simsonbrunnen

A continuación nos encontramos con la casa (Einstenhaus) en la que habitó Albert Einstein en los inicios del siglo XX entre 1903 y 1905. La casa se puede visitar.

Berna. Casa de Einstein

Berna. Casa de Einstein

Seguimos caminando hacia la Torre del Reloj.

Berna. Zahringrenbrunnen

Berna. Zahringerbrunnen

Aqui tenemos la estampa clásica de Berna, la fuente denominada Zahringerbrumnnen del siglo XV, que muestra a un oso (el símbolo de la ciudad) con armadura con la Torre del Reloj de fondo.

Por su parte, la Torre del Reloj se construyó en el siglo XII, mientras que su reloj astronómico es del siglo XV. Cada hora se mueven unas figuras que dan la hora; empiezan a hacerlo cuatro minutos antes de ser la hora en punto.

Berna. Torre del Reloj

Berna. Torre del Reloj

Frente a la Torre del Reloj, vemos una casa con la imagen de un oso.

Berna.

Berna.

Pasada la torre del Reloj, llegamos a una amplia calle que atraviesa perpendicularmente el casco histórico. En ella encontramos la fuente más famosa, la Kindlifressebrunnen, o fuente del Ogro comeniños.

Berna. Kindlifresserbrunnen. Fuente del Ogro.

Berna. Kindlifresserbrunnen. Fuente del Ogro.

Continuamos recto e iniciamos un nuevo tramo entre la Torre del Reloj y la Torre de la prisión: Marktgasse.

Berna. Torre de la Prisión y Anna-Seller brunnen.

Berna. Torre de la Prisión y Anna-Seiler brunnen.

Fuente deidicada a Anna Seiler, fundadora del primer hospital de Berna. En cuanto a la Torre de la Prisión originariamente es del siglo XIII, se construye con una función defensiva. Desde el siglo XV funciona como prisión; en el siglo XVII se incendió y fue reconstruida con el aspecto actual.

Si la atravesamos llegamos al último tramo de esta larga calle porticad, la Spitalgasse, en donde tenemos la Pfeiferbrunnen, o fuente del Gaitero, también del siglo XVI.

Berna. Pfeiferbrunnen

Berna. Pfeiferbrunnen

Pocos metros más adelante comienza ya la ciudad moderna.

Nosotros retrocedimos hacia la Torre de la Prisión para desde allí dirigirnos hacia la Bundes Platz, donde se encuentra el Parlamento de la Confederación Helvética, edificio del siglo XIX.

Berna. Parlamento de la Confederación Helvética

Berna. Parlamento de la Confederación Helvética

Detrás del Parlamento hay unos miradores que permiten ver los Alpes en la lejanía. No muy lejos, en la orilla del río hay una serie de piscinas públicas gratuítas.

Desde aqui podemos ir bajando hacia la Biblioteca Municipal, y luego por la calle Munstergasse hasta la plaza de la Catedral. Son calles menos concurridas que la principal y hay menos comercio.

La Catedral es un edificio gótico del siglo XV, su campanario es el más alto de Suiza. Cuando estuvimos la estaba restaurando y se encontraba andamiada.

Catedral de Berna

Catedral de Berna

Frente a ella la Mossesbrunnen, fuente dedicada a Moisés.

Desde aqui nos dirigimos cruzar el puente para ir al Parque de los Osos y el Jardín de las Rosas.

El puente en cuestión se llama Nydeggbrucke, es muy ancho y tiene circulación de vehículos. Una vez atravesado vamos al Parque de los osos, que además del foso de los osos, tiene unos caminos con árboles, bancos y un estanque.

El foso de los osos existe en Berna desde el siglo XV con diferente ubicación; a día de hoy está junto al río. Hay varios ejemplares.

Berna. Parque de los Osos

Berna. Parque de los Osos

Desde aqui también se tiene una perspectiva diferente de la ciudad.

Berna. Desde el Parque de los Osos.

Berna. Desde el Parque de los Osos.

Pero la mejor vista se tiene desde el Jardín de las Rosas. Para llegar a él hay que salir del Parque de los Osos y seguir en línea recta por una carretera cuesta arriba. Si no quiere subir mucho, también hay buenas vistas desde una arboleda que coge de camino.

El Jardín de las Rosas está más alto y permite una vista mejor. Es una gran explanada con cerca de 200 variedades de rosas, también con un pequeño estanque. Está bien para descansar un rato tranquilamente.

Berna. Desde el Jardín de las Rosas

Berna. Desde el Jardín de las Rosas

En resumen, una ciudad muy cómoda y agradable para visitar. Se puede hacer en una jornada o menos.

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