Brujas es una de las ciudades más bonitas que he visitado. He estado dos veces, y la segunda vez me gustó tanto o más que la primera.
Además de la arquitectura característica de las fachadas de sus casas, con el frontón escalonado, se unen los canales que atraviesan la ciudad y le dan un encanto tan especial. Es una ciudad para visitarla y repetir. Patrimonio de la Humanidad.
Su apogeo se produjo en el siglo XV cuando tenía salida al Mar del Norte, y se convirtió en en un puerto comercial muy importante. Con el tiempo, el canal por donde salían al mar se secó y empezó la decadencia.
Ha conservado su casco histórico medieval y es una maravilla.
Una Brujas esencial se puede resumir en conocer la Plaza Mayor, la Plaza del Burg, el canal Groenerei, dar una vuelta en barco por los canales, el puente de San Bonifacio, el Minnewater, el Beaterio, sus museos…perderse por sus calles. Aconsejable también probar la cerveza en la cervecería 2BE. Si se dispone de tiempo son vistosos sus molinos y las antiguas puertas de la muralla. También merece la pena verla de noche. Todo eso a continuación:
Para empezar dejamos el coche en un parking subterráneo en la calle Naaldenstraat 10, el mejor situado, a 2 minutos de la Plaza Mayor. Nada más salir esa calle ya es una muestra de lo que nos vamos a encontrar.
Desde aquí se llega enseguida a la Plaza Mayor. Primeramente vemos la Eiermarkt, una pequeña plaza llena de restaurantes, contigua a la Plaza Mayor.
Seguidamente llegamos a la Plaza Mayor, centro neurálgico de Brujas, desde ella salen las carroza que dan paseos por la ciudad. La plaza tiene forma de cuadrado, y es bastante grande. Allá donde mires hay algún edificio digno de ver.
El que más destaca es la Torre Belfort, del siglo XIII y con 83 metros de altura; se puede visitar y subir hasta arriba para ver la panorámica.
En el centro de la plaza está el monumento a los héroes locales Pieter de Coninck y Jan Breydel, que se alzaron contra los franceses en el siglo XIV.
Frente a la Torre Belfort están las casas de los gremios del siglo XVII, hoy en día establecimientos de hostelería.
Los costados de la plaza los cierran a su vez edificios singulares.
En un costado están las casas Craenenburg y Bouchoute. La Craenenburg, tiene un significado histórico pues ahí encerraron al Archiduque de Austria Maximiliano (abuelo de Carlos I de España y enterrado en Innsbruck) en 1488 en una revuelta contra los impuestos. La casa Bouchoute también es de finales del siglo XV y tiene una llamativa forma rectangular, además de una Rosa de los Vientos en la parte superior de su fachada.
En el lado opuesto está el palacio Provincial de estilo neogótico.
A continuación a la izquierda de la Torre Belfort, y tras recorrer una calle llena de bombonerías, la Breidelstraat, la llegamos a la Plaza del Burg, otra de las joyas de la ciudad.
En la mitad de esta calle está la calle más estrecha de Brujas.
Finalmente llegamos a la Plaza del Burg, muy bonita. Toma el nombre de un castillo que se edificó en el siglo IX. Hay que verla con detenimiento pues está formada por varios edificios importantes.
En la Plaza del Burg tenemos el Ayuntamiento de estilo gótico y construido en el siglo XIII. En el interior destaca su bóveda de madera en la «sala gótica».
Junto a él está la Escribanía civil, del siglo XVI, y estilo renacentista flamenco.
Bajo ella hay un paso que conduce directamente a los canales.
También en este lado de la plaza está el Palacio de Justicia.
En la esquina opuesta se encuentra la Basílica de la Santa Sangre, edificio del siglo XII, en la cual hay dos capillas. Se llama así por guardar la reliquia de la Santa Sangre, traída por los cruzados en el siglo XIII.
Completa la Plaza el Prebostazgo edificio en barroco flamenco del siglo XVII.
Pasamos por debajo de la Escribanía Civil y llegamos a la zona de los canales.
Aqui se encuentra uno de los cuatro embarcaderos en los que se hayan los barcos que hacen un recorrido por los canales. Muy recomendable. Aunque hay que tener en cuenta que suelen finalizar en torno a las 17 h. (Todos hacen el mismo recorrido y cuestan lo mismo; y si no es verano, cuidado con la temperatura porque la humedad del canal y la brisa del desplazamiento incrementan la sensación de frío.).
La casa junto a él es una bonita chocolatería.
Si seguimos hacia la izquierda iríamos a la zona del canal denominada Groenerei, uno de los imprescindibles de Brujas, compuesta por casas adornadas de flores y hiedras, y multitud de puentes de piedra. Aqui se encuentran los dos puentes más antiguos de Brujas, Meebrug y Peerdenbrug.
También podemos ver el palacio del siglo XVIII Brugse Vrije.
Volvemos a la zona del embarcadero y pasando delante de la Lonja de Pescado, llegamos a la Huidenvettersplein, o Plaza de los Curtidores; una pequeña plaza llena de terrazas de restaurantes.
Al final de esta plaza llegamos al seguramente lugar más fotografiado de Brujas, el muelle del Rosario. En este punto hay otro embarcadero.
Es el lugar donde precisamente se vendía los rosarios. Rozenhoedkaai.
La casa que hace esquina es la Casa de España, del siglo XV habitada por un castellano, el magistrado Juan Pérez de Malvenda. Actualmente es una cervecería, 2BE, y la recomiendo absolutamente.
Junto a ella se encuentra el Puente de San Juan Nepomuceno (Arzobispo de Praga, el mismo del puente de Praga).
Bajo el puente, el tercer embarcadero.
Ahora nos dirigimos a la Casa de España, o mejor dicho la Cervecería 2BE.
Lo primero que encontramos en la cervecería es el muro de la cerveza, donde se exponen mil tipos diferentes de cerveza belga junto con el vaso con el que hay que tomarla.
La cervecería cuenta con una terraza magnífica con vistas a los canales. La ubicación del establecimiento es inmejorable. Una de las cervecerías imprescindibles en Europa junto a la Augustiner Braustubl en Salzburgo y la Hofbräuhaus en Múnich.
Tienen una especie de carta de cervezas colgada del techo con un extensible, donde explican las características de las que sirven mediante el dispensador. Una de las opciones es pedir una desgustación de cervezas.
Las vistas del Muelle del Rosario desde la Cervecería son magníficas, sobre todo al atardecer, cuando apenas hay gente, pero ojo, la cierran a las 19.30 h.
Seguidamente recorremos el canal Dijver, admirando sus edificios al borde del canal, desde el puente de San Juan Nepomuceno hasta el museo Groeninge.
En el museo Groeninge, se exponen las obras pictóricas de los denominados primitivos flamencos destacando Van Eyck y Hans Memling.
En este momento, decidimos hacer una parada y comer los típicos mejillones al vapor y patatas fritas en un restaurante en el muelle del Rosario. En general proliferan las bombonerías, las tiendas de encaje y las joyerías.
Seguimos hacia el Museo Gruuthuse, un palacio gótico del siglo XV, que perteneció a una acaudalada familia brujense. Se puede ver como era la vida en la época a través de diferentes objetos que ilustran la vida en Flandes entre los siglos XV y XIX además de otro tipo de piezas arqueológicas.
La fachada principal me recordó al Palacio de Blois en el Loira.
La siguiente parada es otro de los lugares emblemáticos de Brujas, el puente de San Bonifacio (o puente del Amor) (que es del año 1910) que conecta con el museo Gruuthuse con el Museo Groeninge, donde se exponen obras de pintura flamenca, a través del parque Hof Arents donde hay unas esculturas que representan a los cuatro jinetes del Apocalipsis.
Las casas de madera junto al puente son muy llamativas.
Volviendo al Gruuthuse, cerca está la Iglesia de Nuestra Señora del siglo XIII, con una torre de 122 metros. Dentro alberga la obra de Miguel Ángel «La Virgen con el niño». Esta obra tiene un protagonismo destacado en la película «Monuments Men» (basada en hechos reales), en la que es robada por los nazis y recuperada por un equipo norteamericano de rescate de obras de arte.
Si seguimos unos metros podemos ver la Catedral de San Salvador, de estilo gótico.
Y amenos de cinco minutos siguiendo en línea recta está una de las mayores plazas de Brujas, la plaza Zand, aunque no tiene mucho encanto; destaca el Concertgebouw, un edificio para conciertos.
Volvemos al circuito tradicional y para ello regresamos hacia la Iglesia de Nuestra Señora, bajando por otra calle peatonal digna de recorrer como la Mariastraat en la que está el Hospital San Juan del siglo XII, actual museo Memling en el que se exponen obras del autor.
En la calle Katelijnestraat, que comunica el Hospital de San Juan con la plaza Walplein y la zona del Minnewater se encuentra un lugar que puede pasar inadvertido pero que tiene mucho encanto. Es el Godshuis Spanogue, una especie de casas de caridad, en este caso para señoras mayores, que conforman un pequeño jardín estupendo para descansar. Y casi nunca hay nadie. Se accede a través de un simple callejón.
A continuación, girando por la calle Walstraat llegamos a la plaza Walplein, repleta de terrazas.. Hay casas de baja altura con la típica fachada de Brujas.
En esta plaza se encuentra la única fábrica de cerveza que aun perdura en el centro de Brujas, Halve Maan
Es una cervecería museo en que te enseñan el proceso de fabricación y un museo. Hay una degustación. Aquí fabrican la Brugse Zot, la auténtica y original cerveza de Brujas. Brugse zot que viene a significar algo así como el loco de Brujas. Este nombre provienen de la visita que hizo el Archiduque Maximiliano I de Austria en la que le recibieron vestidos de bufones y arlequines y pensó que todos los habitantes de Brujas estaban locos.
Tiene una terraza donde poder probarla.
Antes de llegar al Beaterio o Begijnhof que está enfrente de esta fábrica primero pasamos por una pintoresca plaza, la Wijngaardplein donde paran los carros de caballos (hay una fuente con la cabeza de uno). También hay una zona verde junto al canal repleta de cisnes.
El Beaterio tiene dos entradas, una de ellas es por esta plaza, caminando hacia el canal y cruzando un puente.
El Beaterio es actualmente un convento en el que habitan monjas. Originalmente se fundó en el siglo XIII para cuidar a viudas y mujeres que lo necesitaran. Es curioso porque está como aislado del resto de la ciudad estando en pleno centro.
Son un conjunto de pequeñas casas blancas alrededor de un jardín.
Salimos por la otra puerta del Beaterio y damos directamente al Minnewater.
Después del Beaterio nos queda visitar el Minnewater o lago del amor, es el lugar donde llegan los barcos de paseo y se dan la vuelta. Es una especie de lago lleno de cisnes.
Cerrando el Minnewater, sobre un puente que conduce al Parque, está la Torre Polvorín.
Otros lugares de interés;
Ligeramente alejada de la Plaza Mayor, se encuentra la Plaza de Jan Van Eyck (Van Eyckplein), que aparte de presentar en el centro una estatua dedicada al famoso pintor, le rodean bonitos edificios.
También se visita desde los canales, durante el recorrido en barco.
En Brujas, hay un importante muestrario de Molinos, camino de ellos, pudimos ver la Iglesia de Jerusalén, del siglo XV.
Como decía, un poco alejado del centro, en un canal mayor que rodea la ciudad hay una serie de molinos de viento muy vistosos, ya también antiguas puertas de la muralla.
Junto a la Kruispoort, (Puerta de la Santa Cruz) del siglo XIV, podemos ver dos molinos.
El recorrido en Calesa que parte de la Plaza Mayor llega hasta este punto.
Se conservan cuatro de los veinte que llegó a haber.Cada uno tiene su propio nombre.
El Bonne Chiere, el más fácil de ver y el más cercano a la Kruispoort.
Desde El Bonne Chiere hay una bonita vista del St.Janshuis
El St.Janshuis, del siglo XVIII, aun se usa y puede visitarse su interior.
Los otros dos molinos quedan algo más alejados; primero vemos el Koelewei
y escondido entre los árboles, el más antiguo y diferente de los cuatro, el Nieuwe Papegaai, de 1709.
Por la noche, como toda ciudad monumental que se precie, merece la pena verla:
Para cenar, fuimos a Arthie´s, un local situado a pocos metros de la Plaza Mayor, entre ésta y la Casa de España.
Su decoración era estilo hindú, comimos un plato típico, la Carbonade, con carne de buey que estaba muy bueno. También pedimos fish and chips para los niños, pero no era la misma calidad.
Por cierto, en Bélgica, el agua en los restaurantes se va a 7 euros, sale más económico beber cerveza.
En resumen, como decía al principio, una ciudad muy muy recomendable. De lo mejor de Europa.