Ginebra, en la orilla del Lago Leman (el más grande de Europa) es seguramente la ciudad más conocida de Suiza, sede de la ONU, y donde se concentran las tiendas y hoteles mas lujosos del país.
Está muy cerca de la frontera con Francia.
Se puede visitar en relativamente poco tiempo. Lo más destacable son las calles de la ciudad vieja alrededor de la Catedral, y pasear por las orillas del lago, sin perderse el famoso Jet d`eau.
Plano de Ginebra
Nosotros empezamos la visita en la isla que hay en el Ródano, donde está la Torre de la Isla.
Ginebra. Torre de la Isla
Esta torre es lo que queda de un castillo del siglo XIII para defender el paso entre una orilla y otra del río.
De aqui nos fuimos a la ciudad vieja. Nos llamó la atención el hecho de que siendo un domingo por la mañana no había nadie por la calle.
Las calles son peatonales, con comercios y restaurantes, sin más.
Ginebra. Ciudad Vieja.
Alternando con estas calles encontramos también edificios señoriales,
Ginebra. Ciudad Vieja
En la ciudad vieja, lo más importante es la catedral de St.Pierre, del siglo XII.
Ginebra. Catedral de St.Pierre
Muy cerca está la Plaza de Bourg de Four, antigua plaza del mercado. Está llena de terrazas de establecimientos hosteleros. Un sitio para tomarse un respiro.
Ginebra. Plaza de Bourg de Four
En la ciudad vieja de Ginebra no pueden faltar las omnipresentes banderas, como en todas las ciudad suizas.
Ginebra. Ciudad Vieja
Desde aqui pasamos por delante del Museo de Arte e Historia
Ginebra. Museo de Arte e Historia
para ver la iglesia ortodoxa rusa, construida en tiempos de los zares, en el siglo XIX. Se encuentra rodeada de casas, pero se puede apreciar su singularidad en esta parte de Europa.
Ginebra. Iglesia ortodoxa rusa
Una vez visitada la ciudad antigua, nos dirigimos a lo más vistoso de Ginebra, el lago Leman y el Jet d`Eau.
Bajamos hacia el muelle Gustave Ador, donde se ve el famoso chorro de agua desde más cerca.
El Jet d`Eau tiene su origen en el siglo XIX, es el símbolo de Ginebra. El chorro alcanza una altura de 140 metros.
Ginebra. Jet d`Eau
Como en todo lago urbano suizo, los cisnes hacen acto de presencia.
Hay una pasarela que une el muelle con el Jet d`Eau lo que permite acercarse bastante. Pero hay que tener ojo porque a medida que avanzas da la sensación de estar lloviendo. No es posible acercarse demasiado sin empaparse.
Ginebra. Jet d`Eau
Ahora tomamos dirección al puente Mont Blanc para cruzar al otro lado de la ciudad. Justo antes de este puente que está en la unión entre el Ródano y el lago Leman, se pasa por el jardín inglés, un parque construido en el siglo XIX a orillas del lago, con muchas flores y bancos para sentarse, también hay puestos para comprar souvenirs.
Destaca su reloj florido, símbolo de la relojería suiza y particularmente de Ginebra.
Ginebra. Reloj Florido.
Desde el puente Mont Blanc se aprecia los barcos de vapor estilo vintage que dan paseos por el lago.
Ginebra. Lago Leman
Una vez atravesado el puente vamos recorriendo el muelle Mont Blanc hasta un mirador que permite ver el Jet d`Eau en lejanía.
Ginebra
Junto a este mirador, está el Monumento Brunswick, mauseleo en memoria de un noble de origen alemán, mecenas de la ciudad en el siglo XIX.
Ginebra. Monumento Brunswick
Tras dar una vuelta por la orilla del lago cogimos el coche y fuimos a visitar la sede de la ONU.
El Palacio de las Naciones está en la Avenida de la Paz, se construyó en el periodo de entreguerras del siglo XX. Frente a él hay una explanada en la que encontramos la escultura «Broken Chair», como protesta contra las minas antipersona. Se erigió en 1997, es de madera y mide 12 metros de altura.
Ginebra. Palacio de las Naciones y Broken Chair
En suma, Ginebra es una ciudad elegante, de estilo francés muy diferente a otras como Lucerna o Basilea.
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