Karlovy Vary ha sido una sorpresa, es una ciudad increíble. Todas las casas que están junto al río, son imponentes, el mobiliario urbano está renovado, las flores decoran las casas, el pavimento es nuevo en todo el circuito peatonal…Parece más una ciudad turística de lujo de Europa Occidental.
La visita se consiste en una paseo de ida y vuelta probando el agua de las distintas fuentes y admirando sus edificios.
Situada a 120 km de Praga, pero se tardan dos horas en llegar. Hemos dejado el coche en el Hotel Termal, fácilmente reconocible por su monstruosa torre. Es el único edificio que desentona, vestigio de la época comunista. (El cajero del parking no admite ni euros ni tarjeta así que al salir hemos pagado en la recepción del hotel ya que no nos quedaban coronas y a continuación abandonábamos el país dirección Alemania.)
Karlovy Vary
Fue fundada por el rey Carlos IV en el siglo XIV; desde el siglo XVI es la ciudad balneario de Centroeuropa. Visitada por una lista interminable de personalidades y visitantes ilustres protagonistas de la historia de Europa en los últimos siglos. Se aprecia su nivel en los edificios barrocos y neoclásicos que la adornan.
Ciudad balneario que cuenta con 13 fuentes de agua caliente , aguas termales a altas temperaturas. Lo típico es comprar una jarrita para beber, y hacer todo el circuito. El agua sabe bastante mal, todo hay que decirlo, sabe demasiado a hierro. Hemos comprado una jarrita en un puesto por unos 5 euros.
Destacaré las más importantes o bonitas para mi. Por cierto, el agua sale a cerca de 60 grados en general o sea que hay que tener cuidado.
El recorrido lo hemos iniciado en el Alzbetini Hotel, que delante tiene un calendario floral en el que se indica el día. Es un hotel que en su día debió tener un aspecto grandioso pero hoy en día la fachada parecía un poco dejada. Tiene un calendario floral a la entrada.
A partir de ahí entramos en un paseo junto al río, que llega a un parque y nos encontramos la primera de las fuentes que visitamos.
Hay una galería cubierta estilo Belle Epoque; en un extremo hay una fuente con forma de serpiente. El agua sale a 28,7 grados. Es la denominado Snake Spring.
Avanzamos por el paseo entre hoteles y balnearios y encontramos la Freedom Spring que está dentro de un templete, el agua sale a 62 grados.
Karlovy Vary. Fuente Freedom Spring.Seguimos disfrutando del paseo. Las siguientes fuentes están en una especie de estación de estilo neoclásico, cada 20 metros hay una. En este edificio, denominado Fuente del Molino, se puede subir a una terraza que tiene en el piso superior.
A continuación hay que avanzar unos metros por una calle peatonal en la que está la Oficina de Turismo.
Y se llega a la otro lugar espectacular como son las fuentes de Carlos IV y del Mercado..
Enfrente, en un costado de un edificio moderno acristalado encontramos el Vridlo, la fuente más famosa, un géiser en donde el agua sale a 73 grados.
En este punto del recorrido, se produce una especie de división, se cruza el río y se coge otro paseo, la calle Stará, entre elegantes casas y edificios hasta llegar al lujoso Hotel Pumpp y Gran Casino. Edificios imponentes dignos de cualquier gran capital europea.
El recorrido finaliza en el Balneario Imperial.
En unas tres horas se puede hacer todo el recorrido.
Los hoteles y balnearios ofrecen la posibilidad de entrar para recibir algún tratamiento, pero obviamente hay que llevarlo pensado.
Las tiendas que uno se encuentra en el recorrido son elegantes, no son las típicas de turistas, aunque alguna hay.
Hay turismo pero sin agobios, a diferencia de Praga. El ambiente es como muy tranquilo.
Ha sido una gran sorpresa, una ciudad realmente bonita y agradable digna de visitar.
Cerca queda otra ciudad gemela, Marianske Lazné que también es impactante, aunque no nos dio tiempo a visitarla.