Lerma es una importante población burgalesa con una riqueza artística e histórica realmente importante.
El Duque de Lerma fue valido de Felipe III entre 1598 y 1618, siendo uno de los hombres más poderosos de su época. Utilizó sus recursos para mejorar la ciudad.
Sus calles son fundamentalmente peatonales y es posible encontrar varios monumentos históricos con una uniformidad de estilo herreriano, de comienzos del siglo XVII. Un paseo por la ciudad se puede hacer en algo más de una hora. Es una visita muy recomendable. Pocas localidades cuentan con tantos monumentos en un espacio tan reducido.
El centro neuralgico de Lerma es su Plaza Mayor y desde aqui es fácil seguir un recorrido por sus principales elementos.
Su edificio más destacado es el Palacio Ducal, en la parte más alta de la localidad y presidiendo su Plaza Mayor. Actualmente es Parador Nacional de Turismo y es una reconstrucción del edificio original del siglo XVII. De estilo herreriano, en el residió el Duque de Lerma e incluso en alguna ocasión pernoctó Felipe III.
La Plaza Mayor de Lerma es amplísima, con forma rectangular, porticada en cuyos soportales predominan los restaurantes y las tiendas de recuerdos y gastronomía burgalesa.
Pierde mucho el hecho de que se pueda aparcar y esté lleno de coches.
Junto al Palacio Ducal está el Monasterio de San Blas, del siglo XVII, inaugurado por el Duque.
Hacia la mitad de la plaza, la calle que une la Plaza Mayor con la Plaza del Mercado Viejo está llena de tabernas y restaurantes.
De vuelta a la Plaza Mayor, empezamos el recorrido para visitar el conjunto histórico de Lerma.
El primero es el Monasterio de la Ascensión de Nuestro Señor, fundado por el Duque de Uceda, hijo del Duque de Lerma, es el más antiguo y el primero de los construidos en Lerma.
Junto al Convento de Santa Teresa, concretamente en sus antiguas dependencias está el Ayuntamiento en cuyos bajos está la Oficina de Turismo.
Del Convento o Monasterio de Santa Teresa, del siglo XVII, solo queda la iglesia. El resto de edificaciones asociadas son de uso civil.
Contigua se encuentra la Plaza de Santa Clara, en sus jardines está la Tumba del Cura Merino, héroe local de la lucha contra los franceses en la Guerra de la Independencia y el Mirador de los Arcos, desde donde hay unas bonitas vistas de los alrededores de Lerma. Siguiendo este mirador se llega también a la Iglesia de San Pedro.
La Colegiata de San Pedro, consagrada en 1617 es uno de los templos más importantes de Lerma. Alberga gran cantidad de obras de arte, destacando la escultura en bronce del Arzobispo de Sevilla, obra de Pompeo Leoni.
Desde aqui baja una calle que desemboca en el Arco de la Cárcel, vestigio de la antigua muralla.
Frente a ella y extramuros está Monasterio de la Madre de Dios, del siglo XVII y con su característico estilo herreriano tan presente en Lerma. Estuvo habitado por religiosas hasta 2016.
Cuando se atraviesa el Arco de la Cárcel y se entra en el casco antiguo de Lerma, se aprecia enseguida su importante pasado y huella medieval.
En la Calle Mayor se encuentra la Ermita de la Piedad.
Por último y un poco alejado del núcleo principal está el Monasterio de Santo Domingo, de 1617 también herreriano.
Para comer, nosotros estuvimos en la Taberna del Pícaro, en la Plaza Mayor, frente al Palacio Ducal. Hay sitio para tapear y comedor si se quiere algo más serio.
Nosotros tomamos morcilla, croquetas, patatas bravas y costilla adobada. Bien de calidad y precio.
Información turística de Lerma
Desde Lerma se llega en aproximadamente 20 minutos a Covarrubias, pueblo medieval muy interesante.