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Versalles, Palacio&Jardines

El complejo palaciego de Versalles tal y como lo conocemos comenzó a construirse bajo el reinado del famoso Rey Sol, Luis XIV en 1668.

El complejo se compone del Palacio, los Jardines, el Grand Trianon y el Petit Trianon. Es Patrimonio de la Humanidad.

Verlo todo en un solo día es complicado, nosotros conseguimos ver los Jardines y el Palacio sin entretenernos demasiado. Las distancias son grandes. Lo más bonito son los jardines y sus fuentes, cuando están en funcionamiento (Información de Versalles). En el interior, el salón de los espejos.

Debo decir que de todos los lugares turísticos en los que he estado, nunca había visto tanta gente ni una sensación de caos mayor.

Dentro de este tipo de Palacios como pueden ser el de Schönbrun en Viena o el de La Granja de San Ildefonso en Segovia (España) éste es el más bonito y el que más merece la pena.

Versalles. Estatua ecuestre de Luis XIV

Versalles. Estatua ecuestre de Luis XIV

Versalles es conocido por su Palacio y Jardines, pero al igual que en el caso de La Granja de San Ildefonso, al abrigo de estos edificios existe una ciudad.

Llegamos en coche; hay un parking de superficie de grandes dimensiones. Desde ahí nos encaminamos hacia el Palacio, primero vimos la estatua ecuestre de Luis XIV, a lo lejos se aprecia la entrada y una gran muchedumbre en sus alrededores.

Habíamos cogido las entradas previamente por internet.

Llegamos sobre las 10:30 h al patio principal y no daba crédito a lo que veía: la cola más inmensa que nunca he visto para acceder a un monumento, daba varios giros a lo largo y ancho de la explanada.

Daba igual haber sacado la entrada con anterioridad, no te libras de la cola de acceso. Es debido a dos razones, una que la inmensa mayoría de los visitantes decide ver primero el interior del Palacio, y otra que el acceso, debido a los controles de seguridad (ya antes de los atentados islamistas), es lentísimo. Después de una hora de espera al raso apenas habíamos avanzado 10 metros.

Hasta que observé que había un flujo de turistas que entraba por un costado, me aproximé y vi que se podía entrar directamente a los Jardines, y más tarde, por la tarde, si se quiere, visitar el interior del Palacio, y es lo que hicimos.

Palacio de Versalles

Palacio de Versalles

El acceso al interior del Palacio es por ese añadido moderno de hormigón, que es donde están los controles. (La foto está sacada ya a la tarde al cerrar el Palacio).

Para mi gusto lo más destacable son los Jardines y sus fuentes, el interior del Palacio está bien, pero no justifica la espera.

Muy importante confirmar antes de ir los horarios de puesta en funcionamiento de las fuentes, las denominadas «Grandes Aguas Musicales» ; en general suelen estar los sábados y domingos entre abril y octubre, añadiéndose el martes desde mayo en horarios limitados (de 11h a 12h y de 15.30h a 17 h, más o menos). Pero puede cambiar. Cuando no hay «Grandes Aguas Musicales» el acceso a los jardines es gratis.

Información de Versalles.

Por la mañana no se suelen encender todas, pero al menos por la tarde sí encienden todas las fuentes a la vez, con lo que el público se puede repartir por toda la extensión, a diferencia de La Granja, donde van encendiendo y apagando las fuentes una a una, con la consiguiente concentración de espectadores.

Plano del Palacio y los Jardines de Versalles.

Plano del Palacio y los Jardines de Versalles.

Una vez dentro de los Jardines, lo primero que encontramos son los Parterres del Agua (letra A en el plano), dos estanques frente al Palacio, rodeados de esculturas, que quieren representar los grandes ríos de Francia.

Versalles. Parterre del Agua

Versalles. Parterre del Agua

Hay que decir que muchas de las fuentes hacen referencia a los dioses y mitología clásica.

La primera gran fuente que vemos es el Estanque de Latona (letra B en el plano), del siglo XVII.

Representa a Latona, madre de Apolo y Diana siendo increpada por los hombres que como castigo se van convirtiendo en ranas.

Versalles. Estanque de Latona.

Versalles. Estanque de Latona.

Desde ahí nos dirigimos al Estanque de Apolo (letra D en el plano), bajando por una avenida ajardinada situada en línea recta desde el Palacio y Estanque de Latona.

Versalles. Estanque de Apolo.

Versalles. Estanque de Apolo.

También del siglo XVII, representa al dios Apolo conduciendo su carro.

Entre el Estanque de Latona y el el Estanque de Apolo, a izquierda y derecha están situadas la mayoría de las fuentes, organizadas por pequeños jardines de forma cuadrada, con la fuente correspondiente como protagonista.

Más allá del Estanque de Apolo, tenemos el Gran Canal (letra E en el plano) que mide kilómetro y medio. A su alrededor zonas verdes para descansar, así como diversos servicios, como restaurantes, WC, o tiendas de souvenir.

Versalles. Gran Canal

Versalles. Gran Canal

Desde este punto parte un camino que lleva al Trianon.

Nosotros optamos por ir yendo hacia el Palacio visitando las diversas fuentes que hay entre el Gran Canal y éste.

Empezamos por la Fuente de Encelado (número 13 en el plano).

Esta me llamó mucho la atención por la potencia del chorro de agua, cogía mucha altura, además de la figura dorada de Encelado, medio enterrado en la lava negra. (según la mitología fue enterrado bajo el volcán Etna).

Versalles. Fuente de Encelado. Bousquet de L`Encelade.

Versalles. Fuente de Encelado. Bosquet de L`Encelade.

Contigua a ésta, esta la Fuente de las Damas (número 12 del plano) una fuente simple, con un estanque en el centro rodeada de esculturas clásicas femeninas.

Versalles. Fuente de las Damas. Bosquet des Dames

Versalles. Fuente de las Damas. Bosquet des Dames

La siguiente fuente que visitamos fue la de La Columnata (número 11 en el plano); una galería circular de mármol compuesta por 32 arcos, con 28 fuentes entre ellos.

Versalles. La Columnata.

Versalles. La Columnata.

También visitamos el Jardín del Rey (número 9 en el plano), es un espacio ajardinado, con árboles y arbustos que adopta una forma ovalada, imitando un circo romano.

Versalles. Jardin del Rey. Jardin du Roi

Versalles. Jardin del Rey. Jardin du Roi

Junto a este jardin está el Estanque del Espejo (número 7 en el plano); es un estanque cuyos surtidores impulsan el agua de forma rítmica y acompasada con la música que suena alrededor del estanque. Hay una especie de grada (en hierba) para que el público pueda descansar mientras disfruta del espectáculo.

Versalles. Estanque del Espejo. Bassin du Miroir.

Versalles. Estanque del Espejo. Bassin du Miroir.

Seguidamente visitamos la Fuente de la Sala de Baile (número 3 en el plano), que se caracteriza por ser una cascada sobre un especie de grada escalonada.

Versalles. Fuente de la Sala de Baile. Bousquet de la Salle de Bal.

Versalles. Fuente de la Sala de Baile. Bousquet de la Salle de Bal.

Otra fuente que visitamos fue la de los Baños de Apolo (número 19 en el plano), representa una especie de grutas de donde sale el agua, y el dios Apolo atendido por las ninfas.

Versalles. Baños de Apolo. Bosquet des Bains d`Apollon

Versalles. Baños de Apolo. Bosquet des Bains d`Apollon

En este caso, la fuente se ve desde muy lejos, no es posible acercarse mucho.

El camino lleva a una de las fuentes principales, la de Neptuno (número 28 en el plano), la mayor de todas, queda en un costado del Palacio. Es una de las más espectaculares y cuenta con casi 100 chorros de agua; el problema para nosotros fue que esta la encienden a última hora, con lo que tuvimos que optar entre ver esta fuente o entrar al Palacio.

 

La visita de las fuentes y jardines se hace muy agradable, no solo por la belleza de las esculturas, las fuentes, el entorno, sino porque además en algunos casos suena música clásica de fondo, lo que lo hace en cierta manera relajante. Aunque es verdad que en dos horas más o menos que es lo que están encendidas las fuentes no te puedes dormir si quieres ver e mayor número posible, es recomendable seleccionar previamente las que te interesen.

Poco antes de que cerraran el acceso al Palacio nos dirigimos a él, en esta ocasión no tuvimos que hacer cola; como contrapartida, había que ir un poco deprisa para que nos diera tiempo. A medida que avanzábamos ibamos encontrando más y más gente.

La visita se divide entre los denominados «Grandes Apartamentos», que son varios suntuosos salones que se encuentran de forma consecutiva y que se asoman a los jardines; por encima de todos la Galería de los Espejos.

Por otro lado, están los «Pequeños Apartamentos» que son las estancias y aposentos privados de la familia real; estos dan a la fachada interior, al Patio de Mármol..

Siguiendo un orden lo primero que se visita es la Capilla Real, que era para uso privado del monarca.

Versalles. Capilla Real.

Versalles. Capilla Real.

A continuación se va avanzando de salón en salón, a mi particularmente no me llamaron mucho la atención, todos estos palacios resultan siendo demasiado similares.

Lo que más me llamó la atención fue el trono de Luis XIV:

Versalles. Trono de Luis XIV.

Versalles. Trono de Luis XIV.

Pero sin duda lo más destacable, aquello que se queda en la memoria es el Salón o Galería de los Espejos, con más de 70 metros de largo, y situado exactamente frente a los jardines.

Hay 17 grandes ventanas con sus correspondientes enormes espejos frente a ellas.

En este Salón se firmó el Tratado de Versalles, que puso fin a la I Guerra Mundial.

Versalles. Galería de los Espejos. Galerie des Glaces.

Versalles. Galería de los Espejos. Galerie des Glaces.

Por último, al irnos, nos asomamos al Patio de Mármol, donde destacan sus piezas doradas.

Versalles. Patio de Mármol.

Versalles. Patio de Mármol.

Con esto dimos por terminada la visita. Es cierto que es un lugar que merece la pena de ver (desde París hay tren directo), pero recomiendo llevar la excursión preparada y organizada en cuanto a horarios de fuentes, visita de los lugares etc…e ir armado de paciencia al respecto de la cantidad de gente.

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