La Playa de las Catedrales (Lugo) está muy cerca de Ribadeo, y próxima a Asturias.
No es una playa al uso, para tumbarse a tomar el sol, bañarse etc…tal y como las conocemos habitualmente. En este caso es un monumento natural.
Aspectos a tener en cuenta antes de ir:
El acceso a traves de la autovía es por la salida 516, en RInlo. Desde la autovía a la playa, hay tres minutos en coche, hasta que se llega a un amplio parking.
En temporada alta, es decir Semana Santa, y entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, el acceso está limitado y hay que pedir una autorización gratuíta a la Xunta. Solicitud de autorización.
Solo se puede visitar con marea baja. De hecho para poder recorrerla entera tranquilamente, la ventana para visitarla (sin mojarse los pies) iría desde una hora antes de la bajamar hasta una hora después de ésta. Fuera de este rango, hay pasos que se van cubriendo de agua, y es necesario mojarse un poco para acceder a algunos lugares. Es imprescindible consultar la tabla de mareas antes de ir.
Por si hay que esperar hay una zona de picnic habilitada con mesas. También hay una cafetería-restaurante, así como un paseo que bordea la costa. Está todo muy bien puesto.
Cuando llega el momento, se baja por un camino y unas escaleras dejan directamente en la playa. La arena está mojada porque durante la pleamar el agua cubre la playa por completo.
A partir de ahí es dejarse llevar.
Lo más significativo está en la parte derecha de la playa. Se llama Playa de las Catedrales porque las curiosas formas que hay recuerdan a las columanas y arbotantes de las catedrales góticas. Además hay muchos arcos ojivales y cuevas en las que se puede entrar. El olor a mar es muy destacado.
En los alrededores de los acantilados el agua queda estancada.
Hacia la mitad de la playa, nos encontramos con un pequeño montículo (la sorpresa viene al verlo del otro lado) al que suben algunos. Desde arriba hay unas bonitas vistas, pero hay que trepar un poco.
Seguimos avanzando, y atravesando alguna zona de rocas, que obliga a ir con cierto cuidado según la edad, vemos entonces lo que era el montículo.
A partir de aqui es llegar hasta el final de la playa donde están los arbotantes, las cuevas, los arcos etc… Hay que perderse entre las figuras.
Hay dos lugares que llaman la atención, donde están los arbotantes, que miden casi 30 metros de altura y enfrente de ellos una especie de sala rodeada de arcos y cuevas.
El regreso permite tener otras perspectivas
La verdad es que da pena irse. Un lugar en el que hay que parar si se pasa cerca.
Más información:
http://playa-catedrales.com/
(estoy trabajando en esta página, gracias por tu paciencia e interés)