Roma, la ciudad eterna, es la ciudad antigua más visitada y más importante del mundo.
La cantidad de monumentos, obras de arte y restos históricos de tantas épocas es abrumador. Se necesitarían varios días para verlos todos, pero haciendo una selección muy ajustada diría que:
Una visita esencial de Roma debe incluir:
Coliseo y Foro Romano
Plaza Campidoglio
Plaza Venecia y Monumento a Víctor Manuel II
Plaza de España
Fontana de Trevi
Panteón
Plaza Navona
Vaticano
Completaremos la visita con el lugar donde se encuentra el Moisés de Miguel Ángel (San Pietro in Vincoli), la plaza del Popolo, la plaza de la República, el Palatino y Trastevere.
La visita (de lo imprescindible) es relativamente fácil porque desde el Coliseo se llega enseguida al Foro, seguidamente a la Plaza Campidoglio y desde ahí a la Plaza Venecia ya que están muy próximas. Desde la Plaza Venecia se puede llegar a pie a Fontana de Trevi, y partiendo de ella, caminando en línea recta hacia el Vaticano, se encuentran de camino el Panteón y la Plaza Navona.
La Plaza de España está un poco alejada de estos circuitos. Nosotros fuimos en metro a la Plaza de España y de allí también en metro al Coliseo donde empezamos el recorrido descrito.
Plaza de España.
Merece la pena verla, ejemplo del Barroco en Roma. Lo que más destaca es la doble escalinata del siglo XVIII que acaba en la fuente de la Barcaccia del siglo XVII. Todos los edificios que la rodean son mansiones y palacios.
Si no se dispone de tiempo y se quiere ver los imprescindible lo mejor es coger un metro en la misma plaza y dirigirse a algún otro de los monumentos. Nosotros la primera vez fuimos directamente desde aqui al Coliseo.
Coliseo. Anfiteatro Flavio.
Es el monumento más conocido de Roma, y uno de los más conocidos del mundo.
Es del siglo I, comenzado por el emperador Vespasiano, y terminado por su hijo Tito, ambos de la dinastía flavia, de ahí el nombre original de Anfiteatro Flavio. Posteriormente y por una estatua denominada coloso de Nerón que estaba en los alrededores, adoptó el nombre de Coliseo. Exteriormente se pueden apreciar tres galerías con arcos, en la primera los capiteles de las columnas son dóricos, en la segunda jónicos y en la tercera corintios.
Los anfiteatros romanos adoptaban una forma elíptica, las gradas se estructuran alrededor de la elipse. Debajo de la pista había unas construcciones subterráneas en donde estaban las fieras y los gladiadores antes de empezar el espectáculo.
Para visitar el interior hay que sacar entrada y se forman largas colas. Si previamente no se ha obtenido por internet hay una solución:
En la vía del Fori Imperiali (la calle que conecta el Coliseo y la Plaza Venecia), hay una entrada al Foro Romano donde se pueden sacar entradas tanto para el Foro como para el Coliseo, y no hay nadie. La mayoría de la gente va primero al Coliseo, hace la inmensa cola para sacar la entrada, entra al Coliseo y luego accede al Foro por la entrada contigua al Coliseo. Pues bien, es muchísimo mejor sacar las entradas en el otro acceso del Foro que he mencionado, ir al Coliseo, pasar delante de la cola y entrar directamente; y tras visitar el Coliseo, entrar al Foro por la entrada que está frente al Coliseo. En mi caso, ante la cola que había en el Coliseo fui desde éste hasta la ventanilla de la entrada al foro por la Vía del Fori Imperiali a por los tickets y volvi al Coliseo, son unos 400 metros, y compensa con creces.
Junto al Coliseo está el Arco de Constantino, del siglo IV. En Roma los arcos de triunfo tenían una finalidad decorativa. se caracteriza por tener trs huecos. Conmemora la victoria del emperador Constantino sobre su rival Majencio. Constantino es el mismo que legalizó el cristianismo y trasladó la capital a Nueva Roma (actual Estambul)
A continuación tenemos el Foro Romano:
El Foro toma la idea del ágora griega y constituye el centro de la vida pública romana. A su alrededor se disponen los edificios religiosos, políticos, comerciales…Solía estar en la intersección de las dos vías principales de la ciudad.
Dentro del Foro hay numerosos restos de templos, arcos y basílicas, comentaré algunos de ellos.
Lo primero que encontramos entrando por el lado del Coliseo es el Arco de Tito, del siglo I, Se construyó para conmemorar el sometimiento de los judíos por parte el emperador Tito. Es de un hueco.
Otro templo a destacar es el el Templo de Vesta, del siglo I, es de planta circular, no cuadrado o rectangular como es habitual. Está en un lugar elevado, destacando respecto del resto.
Hay una sucesión de restos, en los que francamente es complicado imaginar como eran originalmente.
Al finalizar el recorrido tenemos el Arco de Septimio Severo, del siglo III, para conmemorar la victoria de este emperador sobre los partos.
El foro romano está a los pies del Monte Palatino, una de las colinas de Roma, donde cuenta la leyenda que Rómulo fundo Roma. Aqui ee donde tenían sus palacios los emperadores, siendo el origen de la palabra palacio.
Se sube por los jardines Orti Farnesiani sur Palatino, desde donde hay una bonita vista del Foro Romano.
Las vistas son diferentes, aunque también hay que echarle imaginación.
Al otro lado del Palatino se encuentran los restos del Circo Máximo y del palacio Augusto.
Al otro lado de la Vía de los Foros Imperiali, en la que encontramos estatuas dedicadas a varios emperadores romanos, entre ellas Julio César, Nerva y el propio Trajano. En paralelo está el Foro de Trajano.
Lo más destacable del Foro Trajano es la el mercado de Trajano, la Basílica Ulpia y la Columna de Trajano, del siglo II, está rodeada de relieves que muestran las campañas militares y sometimiento de los dacios.
En el foro de Trajano se construyó en el siglo II por orden del emperador Trajano tras la victoria sobre los dacios. Trajano fue el primer emperador de origen hispano; en este sentido recomiendo la lectura del libro de Santiago Posteguillo «los asesinos del emperador».
Un lugar a reseñar en este foro es el Mercado de Trajano, antecedente de las actuales galerías comerciales.
Llegados a este punto estamos delante del Monumento dedicado a Víctor Manuel II, de primeros del siglo XX, está construido en mármol blanco como homenaje al primer rey de la nueva república italiana unificada.
Adquiriendo la correspondiente entrada se puede subir a la parte superior del monumento. Hay unas buenas vistas de Roma. Se sube en ascensor.
El monumento hace de línea divisoria entra la Roma de los césares y la Roma renacentista o barroca. Asomándonos a un lado vemos una, y asomándonos al otro, otra.
Enfrente de este monumento está la Plaza Venecia, que es el centro de la ciudad.
A la derecha del monumento está la Plaza del Campidoglio, a la que se puede acceder o por la escalinata de Santa María o por la contigua Cordonata Capitolina, rampa con peldaños realizada por Miguel Ángel, y que la coronan dos grandes esculturas. Tras subirla llegamos a la mencionada Plaza del Campidoglio.
La Plaza del Campidoglio es otra joya dentro de Roma. La diseñó Miguel Ángel en el siglo XVI.
El centro de la plaza lo preside la estatua ecuestre de Marco Aurelio del siglo II.
Aqui se encuentran los Museos Capitolinos, un conjunto de museos que exponen obras bien escultura, bien pinturas, desde tiempo de los romanos hasta el barroco. Es el museo más importante de Roma.
El edificio más llamativo de la Plaza es el Palacio Senatorio, originalmente de la época romana y remodelado en el siglo XV.
Desde aqui se puede seguir o bien hacia el foro romano, que está justo detrás o volver a bajar la Cordonata, y seguir la calle que lleva al Tíber hacia la isla Tiberina, y a Trastévere al otro lado.
Nosotros optamos por volver a la Plaza de Venecia y subiendo por la Vía del Corso, la principal calle de Roma, que de hecho la divide en dos partes, nos dirigimos hacia la Fontana de Trevi primero. Bajando de Plaza de Venecia por la vía del Corso, la Fontana de Trevi queda a la derecha.
Hay que adentrarse por la vía delle Muratte y se llega enseguida a la Fontana.
Fontana de Trevi.
Es la más famosa y conocida de Roma, del siglo XVIII. Una multitud se agolpa alrededor del estanque con intención de arrojar una moneda, ya que la tradición dice que quien lo hace volverá a Roma.
Si volvemos en línea recta hacia la vía del Corso, cruzamos al otro lado y seguimos recto, iremos viendo esas callejas estrechas de Roma en que alternan mansiones y palacios con iglesias, y todo caracterizado por un color ocre.
Tras unos minutos recorriendo estas calles llenas de turistas, y tras pasar por la Piazza diPietra, en la que se encuentra el Templo de Adriano, edificio del siglo II del que solo se conservan las columnas de 15 metros de alturra.
Por fin llegamos a otro de los monumentos más famosos de Roma.
El Panteón.
Monumento de la época romana, del siglo I en un gran estado de conservación.
En el interior destaca la gran cúpula con una claraboya abierta en el centro. La decoración está formada por casetones.
En el Panteón están enterrados los primeros reyes de la Italia unificada. Y bajo el altar está la tumba de Rafael.
En los alrededores del Panteón, podemos ver el Palazzo Montecitorio, edifico del siglo XVII, actualmente sede del Parlamento italiano.
Contigua a la Piazza Montecitorio, está la Piazza Colonna, en la que se encuentra la Columna de Marco Aurelio, del siglo II, en la que se narra a través de relieves sus victorias contra germanos y sármatas.
Muy cerca del Panteón está la Plaza de San Ignacio y la iglesia del mismo nombre, de estilo barroco, construida en el siglo XVII.
Siguiendo la misma calle y pasado el Panteón, al poco tiempo alcanzamos el para mi el lugar más bonito de Roma, la Piazza Navona.
Forma parte de la denominada Roma barroca, es una plaza espectacular, de 240 metros de largo y una anchura de 65 metros. Hay tres fuentes con su conjunto escultórico repartidas por la plaza. En ese lugar había un estadio romano, el estadio de Domiciano, de ahí su forma elíptica actual.
La fuente del centro, coronada por un obelisco, es la fuente de los Rios o fontana dei Fuimi. Creada por Bernini en el siglo XVII. Cada estatua representa a uno de los grandes ríos, el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata.
Desde la Piazza Navona hay como un cuarto de hora hasta el Vaticano, callejeando por esas características calles y plazas romanas.
Otros lugares interesantes de Roma.
Iglesia de San Pietro in Vincoli. Dicho así, esta iglesia no le suena a casi nadie, pero es donde se encuentra el mausoleo de Julio II, uno de los protectores de Miguel Ángel. Para su mausoleo el artista creó el conjunto escultórico de Moisés.
Se encuentra muy cerca del Anfiteatro, junto a la Universidad la Sapienza.
También se encuentran en esta iglesia las «cadenas de San Pedro», según la leyenda, con las que fue encadenado San Pedro.
El barrio de Trastévere. Un conjunto de calles estrechas, muy turísticas y llenas de restaurantes. El lugar más importante es la Plaza de Santa María con la Basílica de Santa María en Trastévere.
El Trastévere está limitado por el Tiber y se asoma a la isla Tiberina
Muy cerca al otro lado del río se encuentra el Teatro Marcelo, del siglo I y promovido por Julio César, junto al él los restos del Templo Apolo Sosiano.
Plaza del Popolo.
Una de las plazas más conocidas y famosas de Roma. Queda un poco alejada del recorrido principal.
En esta Plaza se encuentra la Basílica de Santa María del Popolo iniciada en el siglo XI, donde se ubicó el sepulcro de Nerón.
También se encuentra en esta plaza la fuente de la diosa Roma.
Piazza della Repubblica.
Es una plaza semicircular, cerca de la Estación de tren Termini. Es un tipo de construcción diferente al estilo romano que venimos visitando.
Es recomendable, si es posible, ver Roma desde la azotea de algún restaurante, al atardecer.
Más información en Turismo Roma
Vaticano
Es un mini estado soberano dentro de Roma. Residencia papal.
Lo más importante son la Plaza y Basilica de San Pedro, los Museos Vaticanos y el castillo de Sant Angelo.
Una vez llegamos al Puente S.Angelo y lo atravesamos ya estamos en el Vaticano. Lo primero que tenemos delante es el castillo de Sant Angelo.
Tanto el puente como el castillo fueron hechos construir en el siglo II por el emperador Adriano, tanto el castillo inicialmente, como su mausoleo. Posteriormente se le dio una finalidad militar. Las esculturas del puente las añadió Bernini en el siglo XVII.
El interior es muy recomendable.
Desde lo alto del castillo se logran bonitas vistas de Roma y del Vaticano,
Desde este puente se aprecia la Basílica de San Pedro y el Puente Víctor Manuel II sobre el Tíber.
A continuación tenemos la via della Conciliazione, una larga avenida, llena de embajadas que conduce a la Plaza de San Pedro.
Plaza de San Pedro.
Es una plaza elíptica que acaba en la Basílica de San Pedro, y rodeada por dos semicírculos de columnas a modo de brazos simulando un abrazo. Hay 284 columnas y 140 estatuas.
Diseñada por Bernini en el siglo XVII.
En el centro hay un obelisco de tiempo de los romanos.
Basílica de San Pedro.
Es el mayor templo cristiano del mundo. El proyecto de la Basílica se lo encargó el Papa Julio II a Bramante, a Bramante le sucedieron Rafael y Sangallo, para finalmente acabar la obra Miguel Ángel. En el interior, amén de sus dimensiones, destaca la cúpula que hizo Miguel Ángel y el Baldaquino, barroco, obra de Bernini.
La fachada mide 115 metros de ancho y 46 metros de altura. En la parte superior hay doce estatuas que representan a los apóstoles (menos San Pedro), San Juan Bautista y Cristo.
La nave central mide 146 metros de largo.
La cúpula, obra de Buonarrotti en el siglo XVI mide casi 137 metros de altura, siendo la más alta del mundo.
En el transepto encontramos los altares de la crucifixión de San Pedro, San José y Santo Tomás.

Roma. Vaticano. Basílica de San Pedro. Altares de la Crucifixión de San Pedro, San José y Santo Tomás.
Miguel Ángel es también el autor de los frescos que decoran la Capilla Sixtina, capilla privada de los papas y donde se reúne el cónclave para la elección papal.
Para visitar tanto la Capilla Sixtina, como la Basílica de San Pedro, como el resto de Museos vaticanos, hay colas interminables. Lo mejor es reservar, si se puede la entrada con antelación.
Los Museos Vaticanos son una serie de museos situados en diferentes edificios comunicados entre sí, alternando patios y jardines al aire libre. Albergan obras de arte acumuladas durante siglos por los sucesivos papas. Son unos museos impresionantes, abrumadores, con obras de todas las épocas, pintura, escultura, relieves etc… Si hay algún museo en el mundo que merezca la pena, es este.
Para llegar a ellos hay que avanzar por la parte derecha de la Basílica de San Pedro (vista de frente), tras pasar las columnas hay que cruzar una puerta con forma de arco.
Como he dicho, el complejo de los Museos Vaticanos es un conjunto de edificios y galerías siendo los principales la Pinacoteca, los museos egipcio y etrusco, el Museo Pío Clementino, la Galería de los mapas, las estancias de Rafael y cómo no la Capilla Sixtina.
Empezamos por la Pinacoteca, situada en el Patio cuadrado, tiene obras de artistas de la talla de Rafael, Leonardo, Caravaggio o Giotto.
A continuación está el Museo Egipcio,
Atravesamos la Galería Chiaramonti, que está flanqueada por cientos de esculturas clásicas de época romana.
La Galería de los Mapas,
Otro lugar llamativo es el Patio de la Piña, llamado así por la presencia de una piña de bronce de 4 metros de altura del siglo I. En el centro hay una esfera.

Roma. Vaticano. Patio de la Piña
Otro de los lugares más importantes es el Museo Pío Clementino, origen de los Museos Vaticanos, fundado por Clemente XIV en el siglo XVIII. Dentro de éste, el Patio Octógono, en el que se encuentran algunas de las esculturas clásicas más conocidas del mundo como «Laocoonte y sus hijos» o el Apolo de Belvedere.
Seguimos atravesando salas fastuosas
En el Pío Clementino también se haya la Sala Redonda, una sala que imita la cúpula del Panteón, y en cuyo centro hay una pila traída de la casa de los emperadores romanos.
Siguiendo el recorrido llegamos a las cuatro Salas de Rafael, son cuatro estancias decoradas en el siglo XVI por este artista. Destaca «La Escuela de Atenas».
Para terminar está la Capilla Sixtina, famosa por la decoración que llevó a cabo Miguel Angel por encargo de Julio II en el siglo XVI.
La visita termina descendiendo por la Escalera de Bramante, una escalera de doble hélice, de tal forma que donde es aparentemente una son dos, una para subir y otra para bajar (hay una parecida en el Chateau de Chambord en el Loira.)
Y con esto terminaría la visita al Vaticano.
Junto al Vaticano hay una estación de tren, Roma – San Pietro. Si se viene en tren de otra localidad ajena a Roma, o si se está haciendo un crucero que hace escala en Civitavecchia, lo idela es llegar en tren a la estación de Termini, coger el metro, acaso visitar la plaza de España, y después en metro también llegar al Coliseo y empezar el recorrido descrito para coger nuevamente el tren en la estación del Vaticano.