Toro es la segunda ciudad en importancia turística de la provincia de Zamora; escenario de la Batalla de Toro en 1476, donde los partidarios de Isabel derrotaron a Juana la Beltraneja.
De su importancia histórica en la Edad Media ha quedado a día de hoy un buen número de edificios históricos.
El casco antiguo es peatonal y se puede visitar en media jornada. Siendo lo más importante la Plaza Mayor y la Colegiata situados a dos minutos el uno del otro.
Dejamos el coche en la Plaza de Santa Marina, contigua a la Torre del Reloj, o Puerta del Mercado.
La Torre del Reloj está contruida en el siglo XVIII sobre la antigua Puerta del Mercado. Desde aqui parte una larga calle peatonal que enlaza directamente con la Plaza Mayor y la Colegiata. Es la calle principal de Toro.
Hacia la mitad llegamos a la Plaza Mayor, en cuyos soportales abundan los restaurantes.
En la Plaza Mayor tenemos el Ayuntamiento del siglo XVIII,
y justo enfrente la Iglesia del Santo Sepulcro, de finales del siglo XII.
A dos pasos se encuentra la Colegiata. En el camino podemos ver casas con entramado de madera, de estilo medieval, y que caracterizan esta parte de la ciudad.
En cuanto a la Colegiata, se empezó a construir en el siglo XII, en tiempos de Alfonso VII.
Hay dos elementos muy significativos: el cimborrio, que se ve mejor desde el Paseo del Espolón, y el Pórtico de la Majestad, en el interior.
La visita del interior consiste en, además de visitar el templo, el museo, una subida a la Torre y lo más importante, el Pórtico de la Majestad.
Frente a él hay habilitados unos bancos para sentarse y ver un video explicativo.
Es del siglo XIII, en él se representan la Coronación de la VIrgen y el Juicio Final. Al haber estado en el interior de la Colegiata ha conservado su policromía. Esto es lo que más merece la pena de la Colegiata.
La subida a la torre, regulada con semáforos, supone subir 138 escalones por una angosta escalera de caracol. Lo cierto es que cuesta llegar arriba; y lamentablemente no merece mucho la pena, porque está todo enrejado por seguridad, y las vistas bonitas de la ciudad desde arriba no se ven pues quedan del lado de la escalera y no se puede acceder.
Unicamente que hay un buena vista, en una planta intermedia, del cimborrio, de influencia bizantina, y tan parecido a los de la Catedral Vieja de Salamanca y la de Zamora.
La mejor vista de la Colegiata desde el exterior es desde el Paseo del Espolón.
El Paseo del Espolón se asoma al Duero y al puente románico del siglo XII y conecta directamente con el Castillo.
El Castillo o antiguo Alcázar es del siglo X, en él se encuentra una oficina de Turismo (hay otra en la Plaza Mayor)
El resto de la jornada lo podemos dedicar a ver otros palacios e iglesias significativos de Toro.
Bajando desde el Castillo por esta zona del lado derecho de la Plaza Mayor, primero encontramos la Iglesia de San Lorenzo el Real y el Palacio de los Condes de Fuentesauco.
Siguiendo por la Calle de San Lorenzo el Real y girando hacia la Plaza de San Julián tenemos la iglesia de San Julián de los Caballeros del siglo XVI,
y un poco más adelante en la Plaza de Santa Clara, el Real Monasterio de Santa Clara, del siglo XIII.
Volvemos a la calle principal recta anterior y vemos el Palacio de Rejadorada
El nombre proviene de que durante la ocupación portuguesa (favorable a Juana la Beltaneja) previa a la Batalla de Toro en 1476, parte de la nobleza se levantó a favor de Isabel, como represalia el gobernador ordeno ejecutar dando garrote vil a la esposa de uno de los que se levantaron en esa misma reja que la reina Isabel posteriormente ordenó dorar.
Muy cerca, en la misma calle está el Hospital de la Cruz del siglo XVI.
En este punto giramos a la izquierda hacia la Plaza San Francisco, donde también está la Plaza de Toros. Y más adelante el Palacio de los Condes de Requena del siglo XV, actualmente sede de organismos oficiales.
Es muy bonito su patio, que recuerda al del parador de Zamora.
Cuenta con otro patio estrecho, menos vistoso, para acceder a él hay que ir hacia los baños.
Desde aqui llegamos nuevamente a la Plaza de Santa Marina y a la Torre del Reloj.
Al otro lado de la Plaza Mayor, tenemos el Palacio de las Bolas, del siglo XVII
En general, por todo el casco antiguo vemos portales, y restos de casas medievales.
Un poco más alejado, en la calle Capuchinos, está el Palacio de las Leyes donde en 1505 se leyó el testamento de Isabel la Católica y se dictaron las leyes de Toro.
Otro lugar, es el Monasterio de Sancti Espíritus con un claustro renacentista y un sepulcro en alabastro.
En resumen, una ciudad, que sin ser una visita imprescindible, permite pasar una buena media jornada tranquilamente.
Más información en: http://www.turismotoro.com/index.php/es/
Para tomar algo, nosotros estuvimos en un local situado en la plaza Mayor de Toro.
Noche y Días 2
Probamos el «nazareno», que incluye chipirón con queso de cabra fundido.
«Calandracas», que es un frito de queso, jamón y salchicha, envuelto en una masa tipo gabardina.
Huevo con chichas, que es como una tosta de pan con picadillo y un huevo encima.
Piruleta de queso de oveja, que estaba caramelizada.
Las croquetas también estaban bien.
Estaba todo bueno