La subidas en tren de montaña al Gornergrat y al Jungfrau son dos de las estrellas de Suiza.
La del Jungfrau resulta carísima (y hay alternativas como Murren), con lo que la del Gornergrat, que es más económica, unido al hecho de que llegas casi a los pies del mítico Matterhorn (o Monte Cervino), nos hicieron decantarnos por ella.
Es una excursión que recomiendo encarecidamente a cualquiera. sin esfuerzo físico alguno estás metido en el corazón de los Alpes, con unos paisajes increíbles.
Para llegar al Gornergrat que está en la frontera con Italia desde Berna (donde estábamos alojados) es una pequeña odisea. Como no se puede ir en línea recta, hay que hacer un rodeo importante, primero dirigirse hacia el Lago Leman, después hacia Sion, para por último dejar el coche en Täsch.
En Täsch se coge un tren que lleva a Zermatt, el pueblo más cercano al Matterhorn, pero al que no se puede llegar en coche por lo que forzosamente hay que dejarlo alli y coger un tren. En cuanto llegas a Täsch, en las inmediaciones de la estación se van viendo parkings gigantescos en superficie, que francamente da miedo pensar que si están ahí es porque en algún momento se necesitan y la cantidad de gente que puede ir al mismo sitio (Zermatt). Como vamos a mediados de abril está todo vacío y aparcamos bajo la estación de tren. Esta estación es semisubterránea, y también enorme. Nos montamos en el primer tren que partía hacia Zermatt. Se tarda poco más de 10 minutos en llegar.
https://www.zermatt.ch/en/arrival/Arrival-by-train/Shuttle-MTT/Zermatt-Shuttle-Train
Una vez en Zermatt, y al salir de la estación hay que dirigirse hacia la propia estación del tren que sube al Gornergrat, también muy grande, y muy bien organizada.
https://www.gornergratbahn.ch/en/summer/railway-information/travelling-to-gornergrat/
En cuanto subes al tren aparece la silueta del Matterhorn presidiendo todo el paisaje nevado que el tren recorre tranquilamente.
Gornergrat
El tren sube desde Zermatt a la cima del Gornergrat, pero hay dos paradas intermedias, en las que uno se puede bajar y volver a subir, el billete es único.
Gornergrat
Por no hacer solo el recorrido en tren y andar un poco, así como para buscar una bonita vista del Matterhorn, optamos por bajar primero en la estación intermedia de Rotenboden, desde la cual se llega en poco más de un cuarto de hora hasta el lago Riffelsee, que queda frente al pico.
Estamos a una altitud como dice el cartel de 2.800 metros.
Zermatt-Matterhorn. Rotenboden
Bajamos una pequeña cuesta y llegamos al lago, que siendo abril está completamente congelado. En verano es un lago alpino rodeado de flores, pero a mediados de abril, tiene una capa de hielo de varios centímetros.
Matterhorn y lago Riffelsee
Como es abril estamos solos, la sensación de silencio y tranquilidad es impresionante, tenemos todo el paisaje para nosotros solos. La vista sobre el Matterhorn (4,478 m) es perfecta.
Aconsejo llevar gafas de sol y crema de protección solar.
Después de estar un rato admirando el paisaje volvimos a coger el tren para subir al Gornergrat.
Lo que encuentras arriba es el edificio de la estación,
Gornergrat
Aparte hay un edificio moderno que cuenta con restaurante y tienda de souvenirs
Gornergrat
En la parte superior de la montaña hay un mirador que permite ver todo el paisaje circundante.
Allá donde se mire hay picos nevados.
Mientras esperamos al tren para volver nos da tiempo a ver la típica imagen del tren subiendo con el Matterhorn de fondo.
Gornergrat-Matterhorn
De ahí bajamos a Zermatt, pueblo alpino muy turístico y bullicioso. No hay coches, al menos no convencionales, pero hay unos pequeños vehículos de servicio que circulan por doquier transportando maletas y mercancías. Como es temporada de esquí hay mucho esquiador hospedado en el pueblo. En sí no tiene gran cosa, mucho hotel, mucho restaurante, tiendas de montaña y recuerdos…de fondo se ve el Matterhorn.
Para mi fue una excursión inolvidable, unos paisajes increíbles.
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